En nuestra boca viven 20.000 millones de bacterias y cada dÃa que pasa sin que nos cepillemos los dientes ahà se mudan millones de nuevas bacterias dispuestas a hacer de las suyas. Aquà presentamos nueve recomendaciones prácticas para no tener que visitar al dentista antes de tiempo: La dieta, tan importante como el cepillado para prevenir la caries. La dieta tiene un peso tan importante como el propio cepillado de los dientes en la prevención de la caries. No alcanza con cepillarse los dientes bien y más veces al dÃa para compensar: eso no podrá revertir los efectos de una mala dieta. En lo que se refiere a caries, cavidades y agujeros en los dientes la clave está en la dieta y en la frecuencia de exposición al azúcar. Cuándo comer, tan importante como qué se come. Si no has comido o bebido durante un tiempo, tu boca está esencialmente «en reposo» y tus dientes a salvo. Pero justo después de comer se vuelve ácida, creando un ambiente en el que tus dientes empiezan a disolverse. Asà que cuanto más picotees entre horas, más perÃodos de acidez habrá en tu boca. El consejo general para el cuidado de los dientes es evita comer entre horas y comer los dulces después de las comidas. Cómo «comer bien» entre horas. Pero si no podés resistirte a picotear entre horas, se recomienda beber agua, masticar un chicle sin azúcar o incluso comer un poco de queso, para ayudar a los dientes a regresar a ese nivel seguro de acidez. Azúcar, el gran enemigo de los dientes. La frecuencia de exposición al azúcar es clave para el desarrollo de caries. Se recomienda tener cuidado con los alimentos aparentemente inocentes pero que tienen azúcar escondido, como los jugos de fruta, los cereales o algunas comidas precocinadas. Es mejor comer una naranja que beber un jugo de naranja embotellado. La leche es otro de los alimentos que puede traicionar, particularmente en los niños: si bien su contenido en calcio lo hace recomendable para los dientes, también contiene azúcar. Algunos niños se quedan dormidos con el biberón en la boca […]