15/01/2017

En nuestra boca viven 20.000 millones de bacterias y cada día que pasa sin que nos cepillemos los dientes ahí se mudan millones de nuevas bacterias dispuestas a hacer de las suyas.

Aquí presentamos nueve recomendaciones prácticas para no tener que visitar al dentista antes de tiempo:

  1. La dieta, tan importante como el cepillado para prevenir la caries. La dieta tiene un peso tan importante como el propio cepillado de los dientes en la prevención de la caries. No alcanza con cepillarse los dientes bien y más veces al día para compensar: eso no podrá revertir los efectos de una mala dieta.
    En lo que se refiere a caries, cavidades y agujeros en los dientes la clave está en la dieta y en la frecuencia de exposición al azúcar.
  2. Cuándo comer, tan importante como qué se come. Si no has comido o bebido durante un tiempo, tu boca está esencialmente «en reposo» y tus dientes a salvo.
    Pero justo después de comer se vuelve ácida, creando un ambiente en el que tus dientes empiezan a disolverse. Así que cuanto más picotees entre horas, más períodos de acidez habrá en tu boca. El consejo general para el cuidado de los dientes es evita comer entre horas y comer los dulces después de las comidas.
  3. Cómo «comer bien» entre horas. Pero si no podés resistirte a picotear entre horas, se recomienda beber agua, masticar un chicle sin azúcar o incluso comer un poco de queso, para ayudar a los dientes a regresar a ese nivel seguro de acidez.
  4. Azúcar, el gran enemigo de los dientes. La frecuencia de exposición al azúcar es clave para el desarrollo de caries. Se recomienda tener cuidado con los alimentos aparentemente inocentes pero que tienen azúcar escondido, como los jugos de fruta, los cereales o algunas comidas precocinadas. Es mejor comer una naranja que beber un jugo de naranja embotellado. La leche es otro de los alimentos que puede traicionar, particularmente en los niños: si bien su contenido en calcio lo hace recomendable para los dientes, también contiene azúcar. Algunos niños se quedan dormidos con el biberón en la boca o no se cepillan los dientes después de beber leche y eso también contribuye a la formación de caries.
  5. El ácido, otro enemigo. La mayoría de la gente deja algunas partes de la superficie de los dientes sin cepillar. Eso es en parte porque los cepillamos de una manera aleatoria. Si has bebido una bebida ácida, como un jugo de frutas o un te de frutas, es mejor beber un vaso de agua después para enjuagar la boca y diluir el ácido. Pero no es recomendable cepillarse los dientes durante la hora después de tomar estas bebidas, porque el ácido suaviza el esmalte dental y con el cepillado puede dañarse esa capa dental protectora.
  6. Entonces ¿Cuándo es mejor cepillarse los dientes? Cepillarse inmediatamente después de comer, y sobre todo después de comer algo ácido (como un zumo de naranja), puede perjudicar al esmalte dental. Lo ideal es hacerlo después de cada comida pero dejando pasar un tiempo, aproximadamente 40 minutos.
  7. Un método para cepillarse bien los dientes. Es muy difícil hacerlo bien porque la mayoría aprende mirando a su mamá y tiende a repetir lo que ve y agarrar hábitos desde muy pequeño. Se recomienda tener un método: empezar en una esquina de la boca e ir cepillado lentamente y uno por uno cada diente, «como haciéndoles cosquillas», hasta llegar a la otra esquina.
  8. Vegetales contra el mal aliento. En general se debe evitar comer entre horas. Los dulces es preferible comerlos después de las comidas. La diferencia entre una boca limpia y una boca con mal aliento es comparable a la de un río de agua corriente y cristalina y una laguna de aguas estancadas. Idealmente la saliva debería fluir por la boca y llevarse las bacterias que causan el mal olor. Pero si la boca se seca por algún motivo, por nervios, por el alcohol, o porque se están experimentando ronquidos durante el sueño, la boca se parece más a una laguna de agua estancada. Para deshacerte de ese mal olor, primero necesitas beber agua, que lavará los compuestos sulfúricos que se generan en la cavidad oral y que causan el mal aliento o halitosis. Después puedes consumir vegetales fibrosos con un alto contenido de agua, como el pepino, el apio o la zanahoria. Su contenido en agua limpia la boca y al masticarlos, su textura fibrosa hace que generes más saliva.
  9. Cómo saber qué pasta dental comprar. Hay miles de productos de higiene dental, desde pastas y enjuagues hasta cepillos, que hacen todo tipo de promesas… pero ¿cómo saber si funcionan? Si tienes un buen cepillo de dientes manual, una pasta con fluoruro y te lavas los dientes durante dos minutos dos veces al día, cubriendo bien toda la superficie de tus dientes y encías, estás haciendo todo lo necesario.

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