14/02/2014
El tratamiento se centra en las distintas partes del circuito de la preocupación: desencadenantes, contenido mental, reacciones corporales y conductas.
Ayuda para su mente
Descubriremos cuáles son los desencadenantes que lo llevan a preocuparse y nos preguntaremos con qué grado de exactitud los percibe. Nos fijaremos en los pensamientos que usted tiene cuando está preocupado y si usted cree que su preocupación lo perjudica o la ayuda. Le enseñaremos a juzgar mejor tanto la probabilidad de que las amenazas ocurran como su habilidad para afrontarlas si esto sucediera.
Algunas veces la preocupación puede activarse por pensamientos o imágenes desagradables que surgen en su cabeza y ponen en marcha el proceso. En el corto plazo, la preocupación puede disminuir el malestar pero no funciona bien en el largo plazo. Lo que sí produce alivio a largo plazo es ir afrontando esas imágenes, permitirse sentir el malestar ante ellas y aprender que luego el malestar se irá solo. Esta técnica se llama “exposición a la preocupación”. Sirve para desconectar los pensamientos e imágenes que activan la preocupación del resto del circuito.
Ayuda para su cuerpo
La ansiedad y la preocupación lo hacen sentir tenso, se sobresalta con facilidad y puede sentir otras sensaciones físicas desagradables. Aprender distintos tipos de relajación puede ayudarlo con estas sensaciones. Un tipo consiste en relajar sus músculos profundamente. El otro, en relajarse a través de la respiración diafragmática profunda. Puede utilizar estas técnicas ante las imágenes desagradables y también en situaciones de la vida diaria. Cuando las domine, puede usarlas cada vez que se dé cuenta que está por comenzar un episodio de preocupación no útil.
Ayuda para lo que hace y deja de hacer
Conductas como controlar demasiado o tomar medidas excesivas de protección pueden ser formas de “lucha” contra una amenaza. Postergar, evitar, evadirse pueden ser maneras de “fugarse” ante una amenaza. Pero cuando no hay amenaza, no es necesario actuar de esta manera. Puede aprender a cambiar dichas conductas con técnicas llamadas “prevención de respuesta” y“exposición gradual en vivo”. La prevención de respuestas lo ayudará a reducir conductas de lucha innecesarias. La exposición gradual en vivo le servirá para dejar de usar conductas evitativas porque paso a paso aprenderá a afrontar las situaciones que ha estado evitando. Reemplazará el preocuparse por el ocuparse, ya que aprenderá a afrontar los problemas reales que surjan en su vida con una actitud positiva y aplicándoles técnicas efectivas de resolución de problemas.
Ayuda para manejar los “desencadenantes” de su preocupación
Aprenderá la técnica llamada “toma de conciencia” para incrementar su atención a y su aceptación del momento presente. Con la toma de conciencia entrenará su mente para que permanezca completamente concentrada en el aquí y ahora –lo que usted puede ver, oler, escuchar, tocar, gustar o sentir físicamente en su interior-. Esto incrementará su habilidad para dejar la preocupación y tolerar sensaciones físicas desagradables hasta que se vayan solas.
Todas estas técnicas han sido comprobadas científicamente en lo que respecta a su utilidad, pero no todas ellas son necesarias para todos. Se estudia cómo es el circuito de la preocupación en cada caso y se eligen las técnicas que sean más útiles para cada caso en particular.