No solo escuchamos antes del tratamiento sino después : UNA SATIFACCCION

Mi experiencia personal.

Soy un persona convencida que las cosas llegan cuando deben llegar y fue así como Armonía Dentofacial llegó a mi vida… luego de una serie de recorridos y tratamientos (sin resultados) por profesionales, mis migrañas continuaban y fue ahí cuando me pronunciaron las siguientes palabras: “…vas a tener que acostumbrarte a convivir con el dolor de cabeza…” Ante mi negativa, fue que, como dicen algunos “me cayó la ficha” … al único lugar donde no había asistido era al odontólogo…, sin dudarlo pensé en Marcelo a quien conocía a través de relatos de  familiares.

Llegó el día de mi primer consulta, el diagnóstico, la interconsulta con todo el equipo y finalmente la narrativa del tratamiento que me proponían para mi caso. Como había ido convencida, fue que sin pensarlo ni dudarlo dije SÍ, entonces apretamos enter y comenzamos el tratamiento ortodóncico quirúrgico, un 5 de agosto de 2012 ¿cómo olvidarlo?

Desde ese día, comencé a transitar un camino que terminó siendo largo, en ocasiones un poco tedioso, en otras expectante como cuando me pusieron el “piercing” en el paladar… en este camino fui conociendo a todo el staff a Marcelo a quien conocía por comentarios pero no personalmente, a Patricio y José quienes se encargaron de mi ortodoncia y de las fotitos, a María Virginia quien tuvo un trabajo también un tanto difícil que fue entender a esta paciente. No puedo dejar de incluir en esta lista a Florencia quién amable y pacientemente colaboraba con Marcelo y cómo olvidarme de quien siempre me recibía con un beso al llegar,  abriéndome las puertas del consultorio: Silvina. De tantas idas y venidas, también conocí a Tatiana quien atendió y mantiene la armonía dental de mis hijos.

Finalmente llegó el momento que esperaba con tantas ansias desde el primer día, la comunicación del día y horario en el cual se me practicaría la cirugía, la cual me tuvo expectante hasta último momento. Llegó ese 5 de abril de 2014 y ahí estaba, transitando una de las etapas más importantes del tratamiento, pero sabiendo que no era la última y que luego el camino continuaba.

Hoy a un mes de mi cirugía, quiero resumirle mi post operatorio, diciéndoles que soy docente de escuela primaria y que ya me encuentro dando clases normalmente. Cada uno saque sus propias conclusiones.

Ahora quiero detenerme un poquito y decirle ¡GRACIAS! a todo el staff, por estar al pie del cañón durante todo este tiempo, mostrarme su constante preocupación por mi bienestar, por priorizar que todo este tiempo no sienta dolor (el cual entre nosotros, hasta el día de la fecha lo estoy esperando, porque después de semejante cirugía nunca sentí dolores, aunque sé que es difícil de creer pero quienes me acompañaron pueden dar fe de los que les estoy diciendo), por no dejarme “abandonada” en el sanatorio y dar el presente más de una vez al día, en fin GRACIAS porque desde el primer día me inspiraron una  confianza absoluta lo que hizo que cada propuesta de su parte sea aceptada sin dudarlo.

Gracias nuevamente, porque hoy puedo disfrutar de mis días sin sentir ese dolor de cabeza que limitaba y mucho mis acciones, pero tranquilos, no olvidé que el camino continúa y mi compromiso con el tratamiento sigue hasta el final.

Así que solo me queda decirte a vos, que estás leyendo mi experiencia, que no te des por vencido, busques todas las soluciones posibles, porque quién te dice y quizás en tu camino encuentres a este grupo de profesionales… a los cuales YO TE LOS RECOMIENDO CON LOS OJOS CERRADOS.

¡¡Un abrazo gigante a cada uno de ustedes: MARCELO, PATRICIO, JOSÉ, MARÍA VIRGINIA, FLORENCIA, TATIANA Y SILVINA!!

Y tengan la certeza que conocerlos me hizo aprender que no soy “cobarde” porque no me refugié en el dolor, no fui “mediocre” porque nunca me quedé pensando en lo difícil que sería el tratamiento y hoy puedo decir que una excelente planificación nos llevó al “ÉXITO”… ¡¡¡¡ y no lo digo por compromiso!!!

SU PACIENTE…NATALIA LEMAIRE.